
Navegando por internet en noticias me llamo la atencion una pregunta
¿Google nos hace mas tontos?
El especialista en tecnología de la información Nicholas Carr ha publicado este verano una polémica colaboración en la publicación Atlantic Monthly. El autor afirma que a causa de internet y la facilidad de los buscadores para encontrar cualquier cosa en cuestión de segundos, nuestra capacidad de percepción se está deteriorando.
Nicholas Carr ha publicado obras como The Big Switch. Rewiring the world, from Edison to Google o Does it matter? Information Technology and the Corrosion of Competitive Advantage. Este autor afirma en el artículo Is Google Making Us Stupid? que en lugar de almacenar información en nuestro cerebro, sólo la consumimos. El autor se queja de que ya no es capaz de concentrarse en un texto largo como antes y señala a otros bloggers y expertos que afirman lo mismo. Entre la posibilidad de acceder a cualquier información y la de saltar de texto a texto mediante los enlaces, los hábitos mentales se han alterado: "Antes era un buceador en el mar de las palabras. Ahora me deslizo sobre la superficie como si fuese montado en una moto acuática", afirma Carr.
Las tesis de Nicholas Carr se ven confirmadas por un estudio realizado por el psicólogo Joseph Ferrari, de DePaul University, en Chicago: en una encuesta entre 4.000 personas, una de cada cinco afirma que sufre de distracción y que tiene un problema con su gestión del tiempo o, dicho en plata, con la pérdida de tiempo. El científico diagnostica que los individuos sufren de procrastinación, un trastorno del comportamiento que consiste en el aplazamiento de las tareas y deberes por otras ocupaciones o situaciones más agradables, y que la medicina va a tener que empezar a ocuparse de este fenómeno.
Sin embargo, también hay posiciones contrarias a estas teorías, como informa el diario especializado Horizont. El teórico de la red Clay Shirky considera positiva la abundancia de información. Y Richard Smith, autor de temas científicos contradice a Ferrari en The Guardian, pues no considera que la procrastinación tenga los rasgos de una enfermedad.
fuente: http://www.marketingdirecto.com
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